miércoles, 13 de abril de 2016

CLASICISMO MUSICAL






EL CLASICISMO


  
“EL Clasicismo” es el estilo de la música culta europea que abarca desde el 1750 hasta el 1820 y cuyos compositores más representativos son los siguientes  Mozart y  Haydn.
Coincide con la época cultural y artística hoy denominada, en la arquitectura, la literatura y otras artes como el Neoclasicismo.
Los tres grandes centros de difusión de esta corriente fueron Berlín, París, Mannheim y, sobre todo, Viena.
El Clasicismo se caracteriza por la claridad de las texturas, la simetría de las frases, la consolidación de la tonalidad y el establecimiento de las formas musicales clásicas como por ejemplo “La Sinfonía”, “La Sonata”, “El Cuarteto”, etc.

CARACTERISTICAS DEL CLASICISMO

Durante el Clasicismo se establecen las principales formas musicales vigentes hasta bien entrado el siglo XX, así como también las estructuras que la forman.
Destaca la llamada forma sonata, en los primeros movimientos de la mayoría de las formas musicales del momento (sonata propiamente dicha, cuarteto, sinfonía, etc.).

Formas instrumentales

Las formas instrumentales del Clasicismo reciben su nombre según el conjunto al que están destinadas:
ü  La sonata está escrita concretamente para un instrumento solista como es el piano y para un segundo instrumento como puede ser el violín, la flauta, etc.
ü  El trío, el cuarteto, el quinteto... denominan a obras escritas respectivamente para tres, cuatro, cinco... instrumentos.
ü  La serenata y el divertimento suelen estar escritas para una peque la orquesta, cuya interpretación será al aire libre.
ü  El concierto está escrito para un instrumento solista y orquesta.
ü  La sinfonía es una obra escrita para orquesta sinfónica.
L mayoría de estas obras, por no decir todas son estructuradas de modo similar, tomando como modelo la sonata y suelen tener tres o cuatro movimientos.
  • El primer movimiento
Tiene un esquema con tres partes:
1. Exposición, el compositor nos presenta dos temas, uno enérgico, en la tonalidad principal, y otro más melódico, en la dominante o el relativo mayor.
2. El desarrollo, establece un conflicto entre los dos temas, que son fragmentados, transportados, variados...
3. Reexposición, la tensión armónica se resuelve al volver a escucharse los temas iniciales en la misma tonalidad.
  • El segundo movimiento, es lento, más melodioso, y utiliza la forma lied, de estructura ternaria y carácter lírico.
  • El tercer movimiento, carácter más desenfadado, en forma de minueto, danza de origen francés, o de scherzo (en el caso de Beethoven).
  • El cuarto movimiento, forma rondó, alterna un tema principal a modo de estribillo, en la tonalidad principal, con episodios en otros tonos.
En la SONATA los compositores solían prescindir a veces de alguno de los cuatro movimientos canónicos, a su elección.
-          El concierto nunca tiene minueto, quedando por tanto estructurado siempre en sólo tres movimientos.
-          Los divertimentos y serenatas, por el contrario, solían ampliar la secuencia habitual con algún movimiento suplementario.

LOS INSTRUMENTOS Y LA ORQUESTA EN EL CLASICISMO

La mayoría de los instrumentos sinfónicos ya existían desde el Barroco.
Algunos de ellos cambian y se adaptan a los nuevos requerimientos estilísticos y de composición de la época, (los vientos aumentan el número de agujeros y llaves para adaptarse a las tonalidades con muchas alteraciones).
Algunos de los instrumentos que surgen en este periodo son “El pianoforte”, “El Arpeggione” y “El Clarinete”, otros pierden importancia, e incluso llegan a extinguirse como “La Viola Da Gamba”, “El Clavicordio”, “La Flauta Dulce”, “El bajón” y “El laúd”, entre otros.
El fortepiano se impuso sobre el clave de tal forma que pasó a ocupar un lugar central en la música de cámara e incluso en los conciertos solistas.
El Clasicismo es un periodo clave también para la orquesta porque se configura la orquesta sinfónica como tal, por influencia de Mozart, Haydn y la escuela de Mannheim.
De la orquesta de cámara heredada del Barroco se mantiene la sección de cuerdas como base, aunque esta es ampliada en número y suele complementarse con al menos un par de oboes y de trompas.
Al avanzar el siglo queda fijada la sección de instrumentos de madera a dos: dos flautas traveseras, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes.
 La sección de metal solía incluir entre dos y cuatro trompas, dos trompetas (con timbales) y, ocasionalmente, uno o varios trombones.
Se abandona la práctica del bajo continuo, y con ello el clavecín en la orquesta, salvo para los recitativos operísticos.




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